miércoles, 28 de noviembre de 2012

Como elaborar un Plan de Jubilación

Aunque voy a enfocar esta respuesta a un objetivo de largo plazo para la jubilación, también se puede aplicar a objetivos más próximos donde se necesite una cantidad importante de dinero acumulada. Por ejemplo la compra de un inmueble, un coche o los estudios de nuestros descendientes.
Des de mi punto de vista el objetivo debe ser un IMPORTE un momento futuro en concreto.
Para lograr ese IMPORTE deberemos tener en cuenta el importe que puedo y quiero ahorrar de manera periódica (mensual, trimestral, anual). Evidentemente esto ya nos va a condicionar la posibilidad o no de nuestro objetivo.
Lo segundo que nos lo condicionará será la rentabilidad que quiera para esas cuotas.
Con los dos casos que os pongo creo que quedará claro.
CASO1 (3%)
·         IMPORTE: 625.000
·         Periodicidad de la cuota: Mensual
·         Importe: 1000 €
·         Cuota revisable anualmente según inflación (Estimada del 3%)
·         Rentabilidad necesaria: 3%
CASO2 (8%)
·         IMPORTE: 625.000 €
·         Periodicidad de la cuota: Mensual
·         Importe: 500 €
·         Cuota revisable anualmente según inflación (Estimada del 3%)
·         Rentabilidad necesaria: 8%
Estos dos casos van a suponer o un esfuerzo superior en ahorro, o un esfuerzo superior en la búsqueda de rentabilidad para nuestro ahorro.
Cada uno podrá escoger el camino que prefiera.
Esta sería el extracto al inicio y al final de los 25 años de la tabla que debería guiarnos en nuestro camino hacia el objetivo de nuestro IMPORTE.
También nos permite compara la distinta evolución del Plan, invirtiendo 500 € (con incremento anual del 3%) a un rendimiento del 3% o a uno del 8%.
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En caso de escoger el CASO2 (8%), deberemos buscar un motor de rentabilidad mucho más potente que en el primer caso, y obviamente se deberá controlar mucho más de cerca que se cumpla el objetivo a corto plazo.
El MOTOR:
Nuestro motor de rentabilidad para buscar un 8% anual, deberá de estar relacionado casi con toda seguridad y durante muchos de los años que dure el PLAN DE JUBILACIÓN con la RENTA VARIABLE. Este es el único mercado capaz de aportar esa rentabilidad a largo plazo.

Si por el contrario buscáramos la rentabilidad para el CASO1, podríamos ser mucho menos exigentes y probablemente el mercado de la RENTA FIJA ya permitiría ir consiguiendo los importes pretendidos en cada momento.
CONTROL DE LA VOLATILIDAD:
El mercado de la RENTA VARIABLE es muy volátil, pero al ir entrando mes a mes, lograremos reducir mucho esa volatilidad e incluso aprovecharnos de ella.
Mira este ejemplo:

Como ves tras 5 años la rentabilidad en un mercado que está en el mismo punto que al inicio en el caso de la izquierda donde se ingresó la totalidad del dinero en el momento inicial es 0%. En cambio en el de la derecha donde se ha ido ingresando el dinero periódicamente la rentabilidad es del 16,65%.
Esto demuestra cómo se puede controlar la volatilidad, en incluso aprovecharse de ella.
GESTIÓN DE LOS EXCESOS Y LOS DEFECTOS:
Durante los años que dure el Plan deberemos efectuar traspasos a otros FI, si consideramos que el o los motores de rentabilidad se han agotado.
Gestionarlo no es fácil, pero nos ayudará mucho la comparación de nuestros resultados con los que nuestro FI ha dado en el pasado y por tanto con nuestro objetivo de rentabilidad (8%).

Veamos que nos ha pasado en nuestro caso:

Como podemos ver, al cabo de 4 años aportando nuestras cuotas al Plan, deberíamos acumular al 8% un patrimonio de 30.317,29 €, sin embargo nuestro extracto nos indica que acumulamos 34.521,18 €. Esto implica que nuestra rentabilidad ha sido del 14% en lugar del 8% de nuestro objetivo. Este es un buen momento para gestionar este exceso de rentabilidad.
En nuestro caso deberíamos retirar ese exceso (4.203,89 €) y invertirlos a una rentabilidad sin riesgo. Por ejemplo al 3%.
También deberíamos analizar si nuestro MOTOR de rendimiento, es decir el FI donde estamos invertidos, está agotado o puede seguir dando los rendimientos esperados, para continuar en él o traspasar nuestras participaciones a otro FI y continuar haciendo las aportaciones mensuales.
Pasa el tiempo y el mercado nos lleva a este momento:

Veamos cómo ha evolucionado nuestro Plan al cabo de 7 años.

En este momento nos pasa justo lo contrario que en el anterior. Tenemos acumulado un patrimonio de 55.622,92 €, cuando nuestro objetivo debería ser de 62.172,99 €. Esto ha rebajado la rentabilidad a un 5%, muy por debajo de nuestro objetivo y evidencia que el mercado ha sido muy bajista en el último período.
Evidentemente al igual que antes, deberemos analizar si la causa de la baja rentabilidad es que el MOTOR escogido ha dejado de rendir lo esperado y debemos cambiar de FI, o si se trata de un hecho excepcional que representa una oportunidad y debemos reintroducir aquel importe de 4.203,89 € (que nos reservamos invertido con poco riesgo y que ahora nos compensará las caídas.
CONSECUCIÓN DE LOS OBJETIVOS:
De la manera que he intentado explicar acabaré logrando el IMPORTE que me he propuesto, y muy probablemente lo haré antes del plazo prefijado, pudiendo en la última fase de mi Plan, dejar de aportar la cuota y rebajando drásticamente el riesgo exigido a mi inversión.
Evidentemente este tipo de ahorro exige mucha disciplina, templanza y conocimiento del mercado.
Pero al final la base es aplicar un poco la teoría financiera y el sentido común, todo enfocado a un objetivo muy concreto.
Cuanto más exigente se es con la rentabilidad objetivo (en nuestro caso 8%, pero podría ser más elevada) mayor esfuerzo se requerirá en el seguimiento y control del Plan.
Creo que a partir de ciertas rentabilidades es del todo aconsejable hacer el camino de la mano de un buen asesor.
Si alguien quiere perder 5 kilos de peso, probablemente lo podrá lograr solito, pero si el objetivo es rebajar 50, si ninguna duda deberá hacerlo con un control médico estricto y de la mano de un buen dietista.
En nuestro caso pasa lo mismo. Y es precisamente para lo que servimos los Asesores Financieros. No somos gurús, simplemente aplicamos los conocimientos financieros adquiridos a la vida real.
Quedo a vuestra disposición para solucionar cualquier duda que os pueda surgir.

Gerard Domínguez Martí

martes, 23 de octubre de 2012

Convertibles de “La Caixa”, aproveche el rendimiento negativo latente para pagar menos a Hacienda
El ambiente convulso del sistema financiero español ha generado que muchos clientes de las entidades que creían que poseían productos y rentabilidades seguras, se hayan encontrado con todo lo contrario.
Uno de los casos más sonados ha sido el de las Preferentes de “La Caixa”.
Estos clientes se encontraron con unas acciones preferentes que no podían negociar y que en su práctica totalidad han tenido que canjear por Bonos Obligatoriamente convertibles por acciones y por subordinadas a 10 años.
Pues bien actualmente la convertibles están cotizando en torno al 65% de su nominal, y por tanto con pérdidas latentes muy importantes.
Hay una manera de aprovechar este rendimiento negativo, para que sin incrementar los riegos, se pueda aprovechar para generar un beneficio importante a nivel fiscal.
La venta de estos bonos convertibles en la actualidad generarían una pérdida importante al tenedor del título (cotizan al 65%). Esta pérdida se debe declarar en la declaración de renta, como un rendimiento negativo del capital mobiliario. Y por tanto restará de otros rendimientos positivos que se hayan generado durante el ejercicio.
Teniendo en cuenta que muchos de los tenedores de estos títulos son personas con un perfil de depósito y renta fija, es muy probable que por tanto tengan otros rendimientos de capital mobiliario para compensar con las pérdidas que les generaría la venta de sus convertibles.
La segunda fase de la operación consiste en comprar las acciones de CaixaBank, en el mismo momento que se venden las convertibles. El tenedor no incrementa su riesgo, puesto que al final voluntaria o de manera obligatoria, deberá comprar las mismas acciones de CaixaBank según el precio de conversión estipulado a 3.86 €.
Hay que recordar que actualmente CaixaBank cotiza en torno a 2.6 €, casi un 33% por debajo del precio mínimo y obligatorio de conversión.
En el momento que se cambian los bonos por acciones pasas a tener un título que ya no tributa como rendimientos de capital mobiliario, si no que tributará cuando se venda como incremento o decremento de capital.
Es por ello que si usted tiene rendimientos de capital mobiliario, pude vender su bonos con pérdidas compensar unos con otros y pasar a tener acciones de  CaixaBank al precio actual.
En el futuro ya se verá si esta compra de acciones les generará pérdidas o ganancias, pero en cualquier caso usted ya se habrá beneficiado de unas pérdidas transformándolas en beneficios fiscales.
Por cierto, el pasado 27 de junio, es muy probable que se aprobó un cambio en el reglamento de los bonos convertibles, alargando la obligatoriedad de la conversión hasta el 30 de diciembre del 2.015.
Esto todavía da más juego a esta posible operatoria.
Toda esta explicación se refiere tan sólo a la posibilidad de obtener un beneficio fiscal, hay otros muchos beneficios que se pueden obtener. Quedo a su disposición para explicárselos.
Saludos,

Gerard Domínguez Martí
Agente Financiero de GVC Gaesco
Raval de Jesús 19 | 43201 Reus |
Tel. 977 34 25 59 | Fax 977 34 52 56 |
Móvil 630 91 59 91 |


El miedo es un mal asesor financiero.
Hace un mes, justo antes de las elecciones en Grecia, me vino a ver un potencial cliente. Estaba aterrado por la situación que vivíamos. En aquel momento, parecía que en cualquier momento se produciría un corralito, saldríamos del €, o Grecia haría saltar la Unión Europea por los aires. Esto hacía que no durmiera por las noches y por tanto pensara demasiado cuando debería estar descansando. Por lo tanto tomaba decisiones sin tener la cabeza despejada, y esto es muy peligroso.
Era tal su terror que había decidido sacar su dinero de la entidad financiera donde lo tenía depositado para guardarlo en su casa. ¡Por cierto vive en una casa aislada en una urbanización!
Esta persona, es un médico de unos 40 años y la cantidad rondaba los 200.000 €. Además estaba totalmente al día de todas las noticias que salían publicadas o comentadas, en los distintos medios de comunicación.
Precisamente esta gran cantidad de información que estaba intentando procesar le provocó el colapso, que hizo a su vez tomar una decisión que llevaba implícita más riesgo que el que realmente tenía en un depósito en su entidad financiera.
Él mismo, me confesó que con el dinero en casa no estaba más tranquilo, pero al menos podía intentar tenerlo más “controlado”. Evidentemente está facilidad también implicaba un mayor riesgo para que “los amigos de lo ajeno” le hicieran una visita inolvidable.
En estas condiciones tuvimos nuestra primera entrevista. Su condición de médico me ayudó mucho a poder calmar sus miedos y poder explicarle con calma cuáles de las informaciones que intentaba procesar eran prioritarias y cuales podía descartar, en el momento actual.
Tras un buen rato conversando y sobretodo conociéndonos, empezamos a configurar una posible solución a sus problemas. Necesitaba una inversión segura, manejable, y a poder ser líquida. En su caso la rentabilidad no era la prioridad, lo que quería era saber que pasara lo que pasase su dinero estaría a buen recaudo.
La verdad es que en los últimos meses, he tenido varios clientes con unas necesidades similares. Con distintos matices, pero con un objetivo muy parecido. Intentar que no afectara una posible salida de España de la zona Euro, con la devaluación que muy probablemente eso comportaría, y quizás un posible “corralito”.
Pese a la mínima probabilidad que una cosa así pase, el miedo es irracional, y pienso que ahora mismo se debe de priorizar la seguridad y tranquilidad del inversor, a cualquier posibilidad por remota que parezca. La experiencia enseña que aquello que hoy es impensable mañana puede ser posible, y por tanto no debemos poner en los zapatos de nuestro cliente y aplicar nuestros conocimientos a buscar la mejor solución para resolver aquello que en este momento le preocupa, la seguridad de sus ahorros.
Estos últimos meses han sido de los más estresantes que he vivido en los mercados financieros. He visto y vivido muy de cerca riesgos que nunca hubiera pensado que podrían surgir. Además la política se ha mezclado con las finanzas, con los casos de corrupción, y todo ello se ha retransmitido en directo en “Prime time” y con tertulianos, ahora expertos en finanzas.
Todo ello ha llevado a la sobre información, a la confusión y finalmente al pánico y el error. No tome decisiones sin ayuda de un profesional en el asesoramiento financiero.
Creo que más que nunca es el momento para dejarse asesorar, busque un buen asesor, que tenga formación y experiencia y sobretodo que sus intereses estén alineados con los suyos y mantenga con él una larga conversación. Le ayudará a tomar sus decisiones con más perspectiva. Seguro que calmará sus ansias y le ayudará a dormir mucho mejor.
Otro día profundizaré más en lo de la alineación de intereses, es mucho más fácil de lo que parece encontrar un profesional que mire por el bien del cliente, sólo hay que saber si la retribución del asesor mejorará con el bienestar del cliente. Pero de eso ya hablaremos otro día.
Que tengan felices sueños.
Gerard Domínguez Martí
Agente Financiero de GVC Gaesco
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¡Soy Asesor financiero y no tengo la bola de cristal!
Por eso preparo las inversiones para un futuro incierto…
Des de finales de los 90 me dedico a esto del asesoramiento financiero. La verdad es que al principio creía que mi deber era hacer que los clientes ganaran sistemáticamente dinero. Debía acertar siempre, y evidentemente si no lo hacía buscaba la razón del no acierto para que  no volviera a ocurrir.
Con el paso del tiempo he comprendido que esto es inútil. No puedes acertar siempre y por supuesto no sirve para nada entender la razón del error cuando se produce. Debes saber que ha fallado, pero la razón puede ser distinta la próxima vez.
Creo que ser asesor debe de ir más allá de la bola de cristal. Evidentemente debemos conocer los mercados y los productos a ellos ligados. Pero también hay que conocer las reglas del juego y tener mucha relación con el cliente.
Tener relación con el cliente implica profundizar en el conocimiento mutuo. Es decir establecer un lazo cliente-asesor que permita al cliente ir tomando las decisiones más adecuadas en cada momento.
Esto no es fácil, en primer lugar el entorno económico en el que se van a hacer las distintas inversiones, es cambiante. Y por lo tanto se deberá ir adaptando la estructura de inversión adoptada en función de los cambios que se vayan produciendo. Pero no sólo el entorno económico es cambiante, también el inversor evoluciona, eso hace que el encaje se complique todavía más y por lo tanto que nuestro trabajo sea una combinación de médico, psicólogo y arquitecto.
Es por ello que es de vital importancia que las inversiones del cliente sean fáciles de adaptar a este entorno cambiante e incierto. Aunque esta adaptabilidad no nos debe de llevar a ser una veleta. No podemos cambiar la estructura de las inversiones a la mínima que se producen cambios en el entorno. Debemos analizar periódicamente estos cambios,  y decidir si éstos han de producir cambios de fondo en las inversiones. Creo que la periodicidad de este análisis irá en función del cliente, del tipo de estructura y del momento, pero en general no es recomendable hacer más de una revisión al mes en las estructuras más agresivas, y lo aconsejable sería un seguimiento trimestral.
Actualmente nos encontramos en un momento muy especial. Por un lado existe una economía real que nos envuelve y nos quiere arrastrar al abismo. Esto hace que el pesimismo hacia el futuro sea la tónica más común. Al mismo tiempo los analistas financieros nos advierten de los fuertes descuentos en las valoraciones empresariales existentes. Además nos encontramos que lo que históricamente había sido seguro, hoy en día ya no lo es. Ni siquiera tenemos claro si las instituciones que siempre habían sido una referencia inamovible continúan siéndolo (Monarquía, Estado, Unión Europea, etc.) en definitiva el momento tiene un gran riesgo y por lo tanto también hay gran cantidad de oportunidades.
Las oportunidades están ahí, es nuestro deber intentar encontrarlas, y como no tenemos la bola de cristal, deberemos tener en cuenta que podemos errar, ese fallo si se produce debe poderse corregir sin que suponga un gran quebranto.
Parece claro que existen grandes oportunidades en la renta variable, en el mercado secundario de la renta fija autonómica, en algunas materias primas, incluso hay oportunidades inmobiliarias. Sea cual sea la oportunidad en la que creamos, lo más importante analizarla bien creer en ella y tomar posiciones. Aunque sin duda antes de tomar las mismas habrá que asegurarse de tener una buena salida por detrás por si nos hemos equivocado.
Insisto la bola de cristal no existe, pero las oportunidades están ahí, y ahora hay muchas más que antes.
Hay que ser valientes para aprovecharlas, pero no locos.
Saludos,

Gerard Domínguez Martí
Agente Financiero de GVC Gaesco
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EAFI’s: ¿Cuándo darán servicio a los no ricos?

Hace unos días que gracias a un convenio con la Universidad Rovira i Virgili, y con el objetivo de realizar sus horas de prácticas ha empezado a trabajar en la oficina, Hipòlit, un chico que está acabando el Máster en Finanzas y Gestión Bancaria. Su proyecto de final de Máster es un muy interesante trabajo titulado: Constitución y Desarrollo de una EAFI.
El trabajo empieza explicando lo que es una EAFI, el asesor financiero, los tipos de asesoramiento y analiza que hay que preguntarse antes de lanzar una EAFI, las ventajas e inconvenientes para los clientes y para la propia entidad e incluso nos enumera todos los requisitos administrativos, legales y financieros para su constitución.
También hacen un pequeño análisis de la corta historia de estas empresas en España, su evolución, modelos de cobro y los comparan con el mucho más extendido modelo bancario.
Todo este trabajo es muy interesante aunque para los profesionales del sector no nos aporta nada nuevo. Sin embargo donde si encontré puntos novedosos y muy interesantes fue en sus conclusiones y propuestas.
Cuando Hipòlit me habló de su trabajo, inmediatamente me produjo mucha curiosidad el saber cómo veían el sector y estas nuevas empresas, personas con una buena formación financiera, pero con una vinculación con el sector financiero todavía por hacer. A causa de su juventud, todavía no han tenido tiempo de tener demasiados problemas financieros y por lo tanto su visión todavía es muy objetiva sobre el funcionamiento general en nuestro sector.
El resumen es el siguiente:
Conclusiones:
·         Aunque la rigidez de la CNMV para autorizar nuevas EAFI debería dar una seguridad a los inversores, creen que sería mejor para el inversor que fuera todo más ágil para que hubieran más EAFI prestando asesoramiento para compensar las informaciones sesgadas que los bancos han dado a sus clientes. Además debería haber menos exigencias para mantenimiento de licencias para reducir los costes que soportan estas empresas que al final repercuten en una exigencia de mayores patrimonios a los inversores para poder ser asesorados.
·         Las EAFI’s no deberían recibir retrocesiones, sólo deberían depender del cobro de los servicios prestados a los clientes. Esto provocaría que todas estas empresas fueran 100% independientes. Actualmente 6 de cada 10 reciben algún tipo de retrocesión en su modelo de negocio.
·         Se debería buscar un mejor equilibrio EAFI-cliente-banca. Se debería facilitar a las EAFI la tramitación de las órdenes de los clientes. Las EAFI no son competencia de la banca, sino que facilitan el proceso de contratación de los productos.
·         Uno de los grandes problemas para el desarrollo de las EAFI es que poca gente está dispuesta a pagar para que le aconsejen donde invertir. Sin embargo menos de un tercio de los inversores está contento con el asesoramiento que recibe de las entidades financieras, que no cobran por asesorar pero que se cobra mediante otras comisiones de servicios y productos.
·         Con EAFI’s asesorando a más inversores, muchos de los problemas que ha habido con productos tóxicos no se habrían producido.
·         Actualmente las EAFI’s están orientadas a dar servicio a grandes fortunas y no al ahorrador particular. Las EAFI’s deberían cambiar esta forma de trabajar y acercarse más al pequeño inversor.
Propuestas:
·         Menor rigidez por parte del regulador para establecer una EAFI, aunque en ningún caso debe de implicar menor protección para el inversor.
·         Se debe de terminar con el cobro de retrocesiones, introduciendo algún tipo de incentivo fiscal al cliente que contrate sus servicios.
·         Dar capacidad a las EAFI para ejecutar ciertas órdenes del cliente, con el fin de agilizar el servicio, y así evitar hacer el doble de trabajo y mayores costes.
·         Dar mayor importancia al asesoramiento empresarial, especialmente a PYMES para después poder llegar al inversor individual.
·         LA EAFI’s deberían crear un departamento de Gestión masiva, dedicando parte de los esfuerzos a trabajar con clientes que solamente necesitan una pequeña recomendación, sobre algún producto en concreto.
·         Dar mayor publicidad a las EAFI’s para que se conozca su existencia, puesto que actualmente poca gente conoce su existencia.
Bien, este es un pequeño resumen de los puntos que proponen. Muchos de ellos son reclamados hace tiempo por el sector, pero hay alguno de innovador y que podría dar buenos frutos.
De todas maneras no quiero juzgar las conclusiones y propuestas que hacen, mi objetivo es intentar predecir cuando estas entidades serán tan comunes como otros profesionales mucho más extendidos y evidentemente alcanzables para la mayor parte de la población, como son los médicos o los abogados.
Las EAFI nacieron hace unos 3 años y medio. Son por tanto unas recién llegadas al sector, y es lógico que se hayan centrado en los patrimonios más elevados. De esta manera pueden crecer mucho y con rapidez. Además los costes son proporcionalmente mucho menores asesorando a pocos grandes que a muchos pequeños. Por tanto este proceso probablemente todavía dure unos años, al menos hasta que la mayoría de las EAFI que sobrevivan a la implantación, tengan unos balances lo suficientemente sólidos para permitirse una menor eficiencia, y por consiguiente un crecimiento más masivo aunque menos rentable.
Con el escenario actual este proceso será lento aunque inexorable. Son los propios inversores los que empiezan a demandar este servicio, y si hay una demanda creciente, sin duda la oferta se irá ampliando.
Si tenemos en cuenta la evolución de la población, en unos años estos estudiantes que hoy terminan sus estudios en unos 10 años muy probablemente serán los que tiren de nuestra sociedad. Si hoy en día se dan cuenta de la necesidad de un asesoramiento financiero independiente, seguro que en el futuro buscarán este servicio y por tanto en este período seguro se irán produciendo muchos cambios que harán mucho más masivo el sector del Asesoramiento Financiero.
Hay factores que podrían favorecer una más rápida implantación, por ejemplo que las entidades financieras se convencieran de sus virtudes y falta de competencia. A esto ayudaría sin duda el no cobro de retrocesiones y la capacidad de ejecución de órdenes. Si las entidades financieras no tuvieran nada que perder ante las EAFI’s si no todo lo contrario seguro que ayudarían a su crecimiento.
Para ello se debería separar mucho las funciones de cada uno de los agentes. Siendo las EAFI’s las asesoras y las entidades financieras las gestoras. Si no se cobraran retrocesiones o estas repercutieran directamente en un menor coste para el cliente, los clientes saldrían directamente beneficiados, las entidades financieras no se verían perjudicadas y las EAFI tendrían un punto muy a su favor para poder justificar de entrada el coste de sus servicios. Es decir no sería sólo asesoramiento más profesional e independiente el que daría valor a sus servicios, el cliente además se ahorraría de entrada parte de las comisiones pagadas a las entidades financieras.
Un punto al que creo se debe dar mayor importancia es el de la formación de la clientela de las propias empresas de asesoramiento. La EAFI tiene los conocimientos para ello y además los intereses alineados con los clientes, por lo que también es un servicio que debería darse, y obviamente como servicio prestado susceptible de ser facturado. Actualmente hay gran cantidad de analistas muy reconocidos a causa de la gran cantidad de formación, charlas y consejos que han impartido. Sería muy lógico que este servicio lo prestaran las propias asesoras, puesto que son las mejor que mejor conocen el mercado y la clientela. Un cliente bien formado es un mejor cliente sin duda. Se saca mucho más provecho de las conversaciones con clientes que captan rápidamente a su asesor que de las que debes empezar casi de cero.
Una buena política de comunicación de todos estos puntos es primordial, para el desarrollo masivo del asesoramiento financiero. Además hoy en día y gracias a las redes sociales sus costes son relativamente asequibles y se deben explotar.
Por lo tanto las EAFI se irán desarrollando y pienso que en un período entre 5 y 10 años serán un servicio que llegará a todos los bolsillos. Dando mucho más sentido, claridad y transparencia a un sector complicado y últimamente muy dañado como es el financiero.
Saludos,

Gerard Domínguez Martí
Agente Financiero de GVC Gaesco
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martes, 9 de octubre de 2012

Queremos ahorrar para la jubilación, pero ¿sabemos que pensión deseamos?
En el entorno económico general que estamos viviendo y con las últimas noticias que están saliendo sobre las pensiones, muchos se han planteado ahorrar para la jubilación, por si en su día nuestra pensión de la Seguridad Social fuese más bien ridícula.
La verdad es que si para llegar a la jubilación le faltan más de 10 años la preocupación es lógica. En mi caso con 42 años y por tanto con 25 años por delante pienso que debo de ser previsor e ir haciendo un rinconcito por lo que pudiera pasar.
Si estudiamos la posible evolución de la pirámide de población, dentro de 25 años, más que una pirámide parece un cilindro, con lo que lo que tendrán que aportar nuestros hijos y nietos al sistema para pagar a los jubilados parece del todo excesivo. De todas maneras algunos parámetros como son la inmigración pueden hacer cambiar esta previsión por lo que nada se puede afirmar de forma categórica.
Es mi deber como asesor, ser conservador y dar mi opinión en el caso menos favorable. Es por ello que aconsejo que cada uno haga su propio ahorro para la jubilación, porque con lo que seguro que se podrá contar será con lo que cada uno haya ahorrado.
Si hemos decidido que queremos complementar nuestra pensión, debemos plantearnos en que importe la queremos complementar. Una vez sepamos el importe mensual que nos gustaría tener en nuestra jubilación, deberemos calcular que capital necesitaríamos para lograr nuestro objetivo.
Una vez conozcamos el importe, deberemos plantearnos cuanto hemos de ahorrar cada mes para conseguirlo. Teniendo en cuenta que en función de la rentabilidad que le saquemos a estos ahorros deberemos reservar una cuota mensual superior o inferior.
Voy a hacer un pequeño ejemplo que puede ayudar a comprender este proceso y nos permita empezar a gestionar nuestra jubilación.
En este caso voy a ponerme yo mismo como ejemplo:
Edad: 42 años.
Edad pretendida de jubilación: 67
La Renta mensual complementaria que me gustaría tener al jubilarme sería 1.400 €/mes de € actuales. Esta renta mensual la quiero cobrar durante 25 años, es decir hasta los 92 años, después creo que mis problemas serán otros. Una aclaración esos 1.400 € son actuales, en el 2.037 y a una tasa de inflación del 3% serán unos 3.000 € al mes.
Si hoy quisiéramos una renta de 1.400 € mensuales durante 25 años, necesitaríamos un capital de unos 300.000 €, e ir consumiendo el capital más los intereses generados a un tipo mínimo del 3%. Pero como mi jubilación no será hasta dentro de 25 años. El capital acumulado el año 2.037 será el equivalente a los 300.000 € aplicando una tasa de inflación de pongamos el 3% (tasa de inflación histórica). Es decir que para lograr mi objetivo deberé llegar a mi jubilación con un capital acumulado de 625.000 €.
Bien, para llegar a ese ahorro, iré poniendo en algún producto financiero una cantidad fija mensual.
Pero, ¿qué cantidad mensual deberé ahorrar para llegar a mi objetivo?
Sin duda, dependerá de la rentabilidad que sea capaz de obtenerle a mi ahorro/inversión.
No les voy a aburrir con cálculos matemáticos, eso lo dejamos para otro día, pero voy a tener en cuenta una inflación del 3%. Cada año iré incrementando el ahorro un 3%, de manera que el esfuerzo que realizaré se mantendrá constante en el tiempo.
Para llegar a acumular el patrimonio de 625.000 € deberé de ahorrar cada mes una cantidad u otra en función de la rentabilidad que obtenga:
1.     Si ahorro buscando una rentabilidad del 3% anual, deberé ahorrar cada año 12.000 €. Es decir 1.000 € al mes.
2.     Si invierto buscando una rentabilidad del 8% anual, deberé ahorrar cada año 6.000 €. Es decir 500 al mes.
Podría poner más casos, pero pienso que para transmitir la idea con estas dos opciones será suficiente.
Cada uno de nosotros tenemos nuestras limitaciones, nuestros temores y nuestras expectativas. Es deber de cada uno de nosotros saber dónde queremos y podemos posicionarnos.
Mi trabajo consiste en ayudar a definir objetivos alcanzables, buscar el producto que permita alcanzarlos y hacer un seguimiento para que se cumplan.
En el caso que ahora estamos tratando debo de plantearme si en primer lugar puedo ahorrar 1.000 €/mes o si sólo puedo ahorrar 500, 300 o 150. Evidentemente si no puedo ahorrar 1.000 € al mes, deberé plantearme ahorrar buscando un mayor rendimiento o bien reducir mis objetivos.
Si no quiero renunciar al objetivo, y puedo ahorrar 500 € al mes, deberé buscar la rentabilidad del 8%. Eso implicará tomar mayores riesgos y evidentemente estar mejor asesorado. Puesto que el objetivo del 8% anual, es un objetivo alcanzable, pero requiere asesoramiento y un seguimiento constante, para gestionar las incidencias positivas o negativas que vayan surgiendo por el camino.
Quizás si puedo ahorrar los 1.000 € al mes, pero prefiero ahorrar 500 al 8%, y disfrutar hoy de los 500€ mensuales que me no invierto. He pensado que hoy me encuentro en plena forma, tengo a mis hijas pequeñas, que las quiero disfrutar y con los 6000 € anuales que no necesito invertir al 3% para la jubilación haré un viaje con mi familia cada verano y algunas cosas más.
En mi caso este tercer escenario sería el que escogería, pero cada persona es un mundo y por lo tanto no seré yo quien decida por ustedes, tan sólo les indico las distintas opciones.
Una última cosa, quizás muchos de ustedes ahora piensen, el truco está en el 8%, pero ¿quién te lo asegura?
Pues bien la rentabilidad promedio de la renta variable menos agresiva desde el año 1.925 hasta el 2.005, ha sido del 10,4% anual. Es decir que si me decido por buscar el 8%, no estaré pidiendo imposibles, más bien estaré siendo conservador, y además el hecho de ahorrar de manera sistemática (mes a mes) hará que pueda gestionar perfectamente el patrimonio acumulado en cada momento simplemente comparándolo con el que mi plan indica que debo de tener en ese momento.
En este pequeño artículo estamos intentando marcar nuestros objetivos y como lograrlos, en los próximos hablaremos de los productos necesarios para poder alcanzarlos, y posteriormente de uno de los puntos primordiales el seguimiento, sin éste nuestra estrategia será inútil y casi con total seguridad inalcanzable.
Si les surgen dudas, aquí me tienen para solucionarlas.
Saludos,

Gerard Domínguez Martí
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