martes, 23 de octubre de 2012

¡Soy Asesor financiero y no tengo la bola de cristal!
Por eso preparo las inversiones para un futuro incierto…
Des de finales de los 90 me dedico a esto del asesoramiento financiero. La verdad es que al principio creía que mi deber era hacer que los clientes ganaran sistemáticamente dinero. Debía acertar siempre, y evidentemente si no lo hacía buscaba la razón del no acierto para que  no volviera a ocurrir.
Con el paso del tiempo he comprendido que esto es inútil. No puedes acertar siempre y por supuesto no sirve para nada entender la razón del error cuando se produce. Debes saber que ha fallado, pero la razón puede ser distinta la próxima vez.
Creo que ser asesor debe de ir más allá de la bola de cristal. Evidentemente debemos conocer los mercados y los productos a ellos ligados. Pero también hay que conocer las reglas del juego y tener mucha relación con el cliente.
Tener relación con el cliente implica profundizar en el conocimiento mutuo. Es decir establecer un lazo cliente-asesor que permita al cliente ir tomando las decisiones más adecuadas en cada momento.
Esto no es fácil, en primer lugar el entorno económico en el que se van a hacer las distintas inversiones, es cambiante. Y por lo tanto se deberá ir adaptando la estructura de inversión adoptada en función de los cambios que se vayan produciendo. Pero no sólo el entorno económico es cambiante, también el inversor evoluciona, eso hace que el encaje se complique todavía más y por lo tanto que nuestro trabajo sea una combinación de médico, psicólogo y arquitecto.
Es por ello que es de vital importancia que las inversiones del cliente sean fáciles de adaptar a este entorno cambiante e incierto. Aunque esta adaptabilidad no nos debe de llevar a ser una veleta. No podemos cambiar la estructura de las inversiones a la mínima que se producen cambios en el entorno. Debemos analizar periódicamente estos cambios,  y decidir si éstos han de producir cambios de fondo en las inversiones. Creo que la periodicidad de este análisis irá en función del cliente, del tipo de estructura y del momento, pero en general no es recomendable hacer más de una revisión al mes en las estructuras más agresivas, y lo aconsejable sería un seguimiento trimestral.
Actualmente nos encontramos en un momento muy especial. Por un lado existe una economía real que nos envuelve y nos quiere arrastrar al abismo. Esto hace que el pesimismo hacia el futuro sea la tónica más común. Al mismo tiempo los analistas financieros nos advierten de los fuertes descuentos en las valoraciones empresariales existentes. Además nos encontramos que lo que históricamente había sido seguro, hoy en día ya no lo es. Ni siquiera tenemos claro si las instituciones que siempre habían sido una referencia inamovible continúan siéndolo (Monarquía, Estado, Unión Europea, etc.) en definitiva el momento tiene un gran riesgo y por lo tanto también hay gran cantidad de oportunidades.
Las oportunidades están ahí, es nuestro deber intentar encontrarlas, y como no tenemos la bola de cristal, deberemos tener en cuenta que podemos errar, ese fallo si se produce debe poderse corregir sin que suponga un gran quebranto.
Parece claro que existen grandes oportunidades en la renta variable, en el mercado secundario de la renta fija autonómica, en algunas materias primas, incluso hay oportunidades inmobiliarias. Sea cual sea la oportunidad en la que creamos, lo más importante analizarla bien creer en ella y tomar posiciones. Aunque sin duda antes de tomar las mismas habrá que asegurarse de tener una buena salida por detrás por si nos hemos equivocado.
Insisto la bola de cristal no existe, pero las oportunidades están ahí, y ahora hay muchas más que antes.
Hay que ser valientes para aprovecharlas, pero no locos.
Saludos,

Gerard Domínguez Martí
Agente Financiero de GVC Gaesco
Raval de Jesús 19 | 43201 Reus |
Tel. 977 34 25 59 | Fax 977 34 52 56 |

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